Introducción: Canon del Nuevo
Testamento La relación entre el NT
y el AT es la del cumplimiento de la promesa. Si el AT relata lo que Dios habló
"en otro tiempo a los padres por los profetas", el NT relata esa
palabra final que habló en su Hijo, en la que toda la revelación anterior quedó
resumida, confirmada, y adquirió trascendencia. Las portentosas obras de la
revelación en el AT culminan en la obra redentora de Cristo; las palabras de
los profetas del AT reciben su cumplimiento en él. Pero Cristo no constituye
únicamente la revelación culminante de Dios al hombre; es también la perfecta
respuesta del hombre a Dios, el sumo sacerdote a la vez que el apóstol de
nuestra confesión (He. 3.1). Si el AT registra el testimonio de los que vieron
el día de Cristo antes que amaneciera, el NT registra el testimonio de los que
lo vieron y lo oyeron en los días de su carne, y que llegaron a comprender y a
proclamar el sentido de su venida más plenamente, por el poder de su Espíritu,
después de su resurrección de entre los muertos. El NT ha sido aceptado
por la gran mayoría de los cristianos, en los últimos 1.600 años, con sus 27
libros. Estos 27 libros se distribuyen en forma natural en cuatro divisiones: (a)
los cuatro evangelios, (b) los Hechos de los Apóstoles, (c) 21
cartas escritas por apóstoles y "hombres apostólicos", (d) el
Apocalipsis. Este orden no sólo es lógico, sino aproximadamente cronológico en
cuanto se refiere al contenido de los documentos; no corresponde, sin embargo,
al orden en que fueron escritos. Los primeros documentos
neotestamentarios que se escribieron fueron las
primeras epístolas de Pablo. Estas (juntamente, tal vez, con la Epístola de
Santiago) fueron escritas entre el 48 y el 60 d.C., antes que se escribiese el
más primitivo de los evangelios. Los cuatro evangelios pertenecen a las décadas
entre el año 60 y el 100, y todos (o casi todos) los demás escritos del NT
deben ubicarse también dentro de dichas décadas. Mientras que la preparación
del AT abarca un período de 1.000 años o más, los libros del NT se escribieron
en menos de un siglo. Los escritos del NT no
fueron reunidos en la forma en que los conocemos ahora inmediatamente después
de que fueran escritos. Al principio cada uno de los *evangelios tuvo una
existencia local e independiente en los distritos para los cuales fueron
compuestos originalmente. A comienzos del s. II, empero, fueron reunidos y
comenzaron a circular como un solo relato cuádruple.
Cuando así ocurrió, *Hechos fue separado de Lucas, con el que había formado
hasta ese momento una sola obra en dos tomos. CORPUS PAULINO: Las cartas de Pablo
fueron conservadas al principio por las comunidades o individuos a quienes
fueron escritas. Pero hacia fines del s. I hay indicios que sugieren que la
correspondencia paulina que se conservaba comenzó a ser reunida en un corpus
paulino, que rápidamente circuló entre las iglesias: primeramente un corpus
reducido de 10 cartas y, poco después, uno más completo con 13 cartas, que se
aumentó con la inclusión de las tres *epístolas pastorales. Dentro del corpus
paulino parecería que las cartas han sido ordenadas no cronológicamente sino en
un orden descendente según su extensión. Este principio puede verse todavía en
el orden en que aparecen en la mayoría de las ediciones del NT hoy en día: las
cartas dirigidas a iglesias vienen antes que las que están dirigidas a
individuos, y dentro de estas dos subdivisiones están dispuestas de modo que
las más largas vienen primero y las más cortas al final. (El único caso en que
no se cumple esta disposición es el de Gálatas, que
viene antes de Efesios, a pesar de que Efesios es ligeramente más larga que la
otra.) Con la colección de los
evangelios y el corpus paulino, y Hechos para hacer de puente entre ambos
grupos, tenemos el comienzo del *canon del NT como lo conocemos hoy. La iglesia
primitiva, que heredó la Biblia hebrea (o la vss. gr.
de la LXX) como sus Escrituras sagradas, no tardó mucho en colocar los nuevos
escritos evangélicos y apostólicos a la par de la Ley y los Profetas, y en
usarlos para la propagación y la defensa del evangelio, como así también en el
culto cristiano. Así, Justino Mártir, alrededor de la mitad del
ss. II, describe cómo los cristianos en sus
reuniones dominicales leían "las memorias de los apóstoles o los escritos
de los profetas" (Apología
1. 67). Era natural, por lo tanto, que
cuando el cristianismo se extendió entre pueblos que hablaban lenguas que no
fuera el griego, el NT fuese traducido del griego a dichas lenguas para
beneficio de los nuevos conversos. Para el año 200 d.C. había ya versiones
latinas y siríacas, y dentro del siglo siguiente ya existía una versión copta
también. Hoy continúan los
estudios sobre los códices que dieron origen al CANÖN BIBLICO. Estos estudios
hacen que se tenga que revisar determinadas interpretaciones de los textos
bíblicos. Respecto a San Pablo, recientes estudios, plantean una nueva visión
de su papel en los orígenes de la Iglesia. A continuación enumeramos las Cartas de san Pablo (Si te interesa ir a cada carta, puedes hacerlo desde el enlace puesto al principio de esta página, como enlace ajeno al sitio). 1.Las epístolas
a los Tesalonicenses: generalidades 1ª Carta a
los Tesalonicenses (1 Tes) 2ª Carta a
los Tesalonicenses (2 Tes) 2.Las “Grandes epístolas”: Las
epístolas a los Corintios: 1ª Carta a los Corintios (1 Cor) 2ª Carta a
los Corintios La Carta a
los Gálatas La
Carta a los Romanos. 3. Las epístolas de la
cautividad: La Carta a los Filipenses (Flp) La Carta a los Efesios (Ef) La Carta a los Colosenses (Col)
Filemón
(Flm) 4.Las epístolas pastorales:
La 1ª Carta a Timoteo La 2ª Carta a Timoteo (2 Tim) La Carta a Tito (Tit)
5. La epístola a los Hebreos
(Heb) |